Nicole Van der Velden, la marinera zen del Sail GP, maestra de las nubes y de las mareas

SailGP es lo más cool del momento en el mundo de la vela y España, su último campeón. Terreno para famosos como Mbappé, Hugh Jackman, Sebastian Vettel o Anne Hathaway que han comprado acciones en algunos de los 12 equipos, valorados en un precio mínimo de 50 millones de dólares, que compiten a lo largo del año y a lo ancho de los mares de todo el mundo en una liga de 12 regatas de F50, catamaranes de 15 metros con un ala por vela que vuelan sobre foils a 100 por hora y que este fin de semana han tomado el Hudson, entre la isla del Gobernador y la Estatua de la Libertad, a medio camino entre Nueva York y Nueva Jersey, a dos pasos de Wall Street que tanto ama la libertad para sus negocios. Tres carreras de 15 minutos el sábado y otras tantas el domingo, a partir de las 22.30 en España (Movistar Plus).

Al millonario de Oracle Larry Ellison, su promotor e inventor a medias con el regatista Russell Coutts, le encanta hablar de su nube, de la IA, de los cientos de sensores colocados en el casco, los foils de titanio en T fresados hasta ser espadas durante meses, y las velas de los catamaranes y de la tecnología y los drones televisivos, pero Nicole van der Velden, aparte de eso, como un campesino o como un pescador que se echa a la mar al anochecer, prefiere hablar de las nubes que se forman sobre su cabeza, cirros, cúmulos, nimbos, y le permiten prever lo que va a pasar en el agua, su movimiento, y le gusta ver la nitidez o la oscuridad del agua para adivinar los movimientos del viento y las corrientes, y navegar así, medio zen medio excitada, totalmente concentrada. De lo que da sentido a lo que hace. “El factor humano es 100% decisivo”, dice. “Los sensores nos dan la información de todo lo que hace cada equipo en todo momento. Al tener todos los datos, y que sean abiertos, todos aprendemos de todos y todos progresamos mucho más deprisa. Y la liga crece más rápido que, por ejemplo, la Copa del América, donde no se comparte la información”.

Todos son todos, los mejores regatistas, ganadores de la Copa del América y campeones olímpicos, como Peter Burling (Nueva Zelanda) o Tom Slingsby (Australia), o, simplemente, campeones olímpicos, como Diego Botín, Martine Grael (Brasil) o Ruggero Tita (Italia). Y entre ellos, Nicole van der Velden, a quien solo le frustra no ser capaz aún de hacer una roseta perfecta con la espuma de la leche sobre su café en su segunda vida como barista. “Estamos enfermos de barismo”, se ríe la regatista, que fue olímpica en Río 2016 con Aruba, el país de su padre. “El momento café es el más importante del día, nuestros dibujos con la leche. Yo le trabajo duramente al de roseta, pero no me sale”.

Van der Velden, madrileña de 30 años, es la única mujer en el equipo español. Es la estratega de una tripulación conducida, al volante y al control del ala por la pareja Diego Botín-Flo Trittel, y formada también por el táctico Joan Cardona, el controlador de vuelo Joel Rodríguez y el grinder Bernardo Freitas. España sorprendió al mundo y a Australia, ganadora de las tres primeras temporadas, imponiéndose en 2024, y disputadas cinco competiciones en 2025, España, ganadora del último GP, en San Francisco, en marzo, es tercera tras Australia y Gran Bretaña. Cuando Van der Velden llegó al equipo, ni España era lo que es —Los Gallos, su nombre de guerra, entraron en SailGP en su segunda temporada con Jordi Xammar como el equipo más joven e inexperto—ni SailGP era poco más que el capricho de Ellison ni la obligación de contar con una mujer en cada embarcación más que un gesto de discriminación positiva. “Pero no veía venir que SailGP iba a crecer tanto y tan rápido, tantos barcos, tantos espectadores que nunca se habían asomado a la vela y tantas marcas que están entrando a patrocinar”, dice la estratega de Los Gallos, nómada de la vela pero con residencia fija en Santander, donde prepara junto a Joan Cardona la cita olímpica de Los Ángeles, que quieren disputar en la clase Nacra. “El programa women’s pathway abrió las puertas de la vela profesional a la mujer, que hasta entonces las tenía cerradas. Se ha visto cómo hemos crecido en nuestra posición, y al final ahora somos una más y también piezas claves en cada equipo”.

Todas las mañanas, después del momento café, Van der Velden dedica un par de horas a la meditación, a los estiramientos y al yoga. Después, navega en un estado zen balanceado con uno de excitación y concentración, la adrenalina en la frontera de convertir la calma no en acción sino en pánico. “Quieres estar zen en el sentido de que las emociones no te controlen a ti, no te lleven, y al mismo tiempo, concentrada 100%, con la sensación de estar presente en el momento, que es algo que también da la meditación”, explica la estratega de Los Gallos, que ya ha entrenado en Nueva York, tan icónico su circuito, y ya está preparada para “ver lo que no puede ver Diego Botín, para ser sus ojos en la espalda”, y navegar veloces, volando, sobre las corrientes traicioneras y los vientos suaves del Hudson, entre la Estatua de la Libertad y la Isla del Gobernador.