Ferrero: “Todavía no hemos visto el verdadero potencial de Alcaraz”
El técnico analiza la progresión de su jugador, que “va madurando” pese a que “todavía tiene alguna pataleta” y que “se viene arriba” ante el progreso de Sinner


Amanece Roland Garros este miércoles todavía deslumbrado por la exhibición de la noche anterior. “Masterclass”, titula Le Quotidien, refiriéndose a esa hora y media deliciosa que deparó el tenis de Carlos Alcaraz. Un Alcaraz adentrado ya en las semifinales —el viernes frente al italiano Lorenzo Musetti— y que “va madurando porque es ley de vida”, transmite su preparador, Juan Carlos Ferrero, durante un encuentro con los enviados especiales. Habla el técnico satisfecho de cómo están saliéndole las cosas al murciano, principal candidato en este torneo en el que ha lucido su mejor argumentario porque a la fantasía le ha incorporado una mayor sensación de control y riqueza de soluciones.
Pero, aun así, todavía no ha tocado techo. Eso dice Ferrero. “Quiero dejar una cosa clara. Carlos tiene el nivel de ayer, lo que pasa que es muy difícil plasmarlo en cada partido. Sabemos que cuando juega para adelante, cuando juega valiente, cuando juega sin miedos, es un jugador con un potencial que creo que todavía no lo hemos visto”, contesta al planteamiento de este periódico. ¿Es la versión de esta gira y estos últimos días la más cercana al ideal que él pueda tener en mente? Hablaba Alcaraz antes de abandonar las instalaciones por la noche de “trabajo”, no del “disfrutar” en torno al que articula siempre su discurso. Y quizá por ahí pueda estar la clave: el perfecto equilibrio.
“Pero también hay que tener en cuenta las presiones, las tensiones, los miedos, las dificultades, los otros jugadores, aquellos torneos que quieres ganar más que otros… Y todas esas cosas también juegan”, prosigue. “Tenemos claro que cuando Carlos juega para adelante sin presión, es realmente un fuera de serie. Pero el trabajo está ahí y ojalá pueda jugar siempre a este nivel, aunque no va a ser siempre así, no es fácil”, atenúa el valenciano, que percibe una evolución de su jugador a la hora de “reaccionar ante los problemas” y considera que antes era “un poquito más emocional”. “Ahora”, concreta, “todavía tiene alguna pataleta”, pero en líneas generales “maneja mucho mejor” esos contratiempos en la pista.
Para el entrenador, campeón en 2003, el trabajo mental de fondo está empezando a surtir efecto y todo responde al proceso natural del crecimiento del tenista. “Tiene que trabajar el tema de la constancia, y en eso estamos”, apunta. “Lo que pasa es que al pegarle tan fuerte a la bola, es difícil de mantener, porque ayer le entró prácticamente todo, pero otros días tendrá algún fallo y se irá a los 30 errores no forzados y no estará tan brillante, pero el intento está ahí. Nosotros queremos que dé ese paso adelante, incluso en tierra, pero también hay que tener en cuenta el perfil del rival que tienes enfrente y tal vez no debas ser tan directo”, prolonga Ferrero, de 45 años.
Fijarse en uno mismo
El recital de Alcaraz ante Tommy Paul impactó sobremanera, pero también lo hizo su capacidad para sostenerse ante Damir Dzumhur y Ben Shelton, quienes le apretaron con fuerza en las dos estaciones previas. Conforme han ido pronunciándose las rampas, el de El Palmar (22 años) ha ido multiplicando sus prestaciones y afilando el instinto competitivo, señal de grandeza y, también, de cambio. “Carlos está en ese camino de fijarse más en él, y no tanto en los demás. De buscar realmente su máximo nivel. ¿Perfección? Creo que no se puede decir eso, porque no hay nadie perfecto, pero sí que es verdad que se acerca a un nivel bastante, digamos, poco visto en el circuito”, observa.

En ese instante, a Ferrero le viene automáticamente a la cabeza un nombre, el de Sinner, al que lógicamente siguen de cerca. Ellos dos, con permiso del serbio Novak Djokovic, y luego el resto. “Es verdad que cuando Jannik juega también a un nivel estratosférico de constancia, el que ha ido mostrando en estos dos últimos torneos [Roma y París], pues también es realmente alto”, aclara. Y eso, en paralelo, supone alimento para su jugador. Tenis y rivalidades. “Carlos lo ve y se viene arriba, e intenta subir todavía más el suyo”, continúa; “creo que los dos se retroalimentan, sobre todo cuando se enfrentan entre ellos. Es bueno que Jannik esté jugando así porque hace que los demás tengan que subir el nivel, no solo Carlos”.
El arreón que ha dado Sinner en las últimas rondas no hace sino estimular al murciano, quien ha necesitado siempre de alicientes externos para no caer en la conformidad. “Hace dos años ya decíamos que si Jannik seguía así, iba a poder ser el número uno y al final lo ha sido. Está siendo muy constante, y creo que eso le ayuda a Carlos a seguir trabajando diariamente duro para estar al nivel y tener las posibilidades de poder ganarle cuando juegue contra él”, concede, al tiempo que los hechos corroboran: 7-4 y 2-1 en finales a favor del español. En cualquier caso, el de San Cándido ha ido recuperando ritmo y en cualquier momento puede disparar exponencialmente su juego.
LA REGULARIDAD DE MUSETTI
Decía Alcaraz que su rendimiento puede suponer un recordatorio para los demás del nivel que puede llegar a alcanzar. Ferrero, sin embargo, incide en el mensaje de puertas adentro: primero uno mismo y sus circunstancias.
“Él debe tener la confianza de que cuando lucha al cien por cien y da su máxima intensidad, a los demás se le puede hacer muy cuesta arriba”, afirma, “e insistimos mucho en eso, en que se fije mucho en él mismo, en hacer sus cosas bien”.
Respecto a Musetti, que está completando una gran gira —final en Montecarlo y semifinales en Madrid, Roma y, de momento, Roland Garros— y que por primera vez figura entre los diez mejores, Ferrero destaca la “confianza” del italiano; no obstante, subraya de nuevo que ellos deben concentrarse en “las armas de Carlos”, “la veloricad, la intensidad y la constancia”.
Musetti es el quinto jugador que, a partir de 1990, ha logrado llegar a la penúltima ronda de los torneos más importantes de la gira; previamente lo hicieron Rafael Nadal (2007, 2010, 2011, 2013 y 2019), Novak Djokovic (2008), Andy Murray (2016) y en última instancia Alexander Zverev (2022).
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